El “agarrón” entre López Obrador y The New York Times: ¿qué pasó?

viernes, febrero 23, 2024

Dos periodistas del medio estadounidense The New York Times llevaron a cabo una investigación sobre presuntos nexos entre López Obrador y el narcotráfico, basada en pesquisas previas por parte de Estados Unidos. Esto generó molestia en el gobierno mexicano. ¿Qué fue lo que pasó?

23 de febrero de 2024 - 03:04 p. m.



Foto del Gobierno
 de México

Una investigación del medio estadounidense The New York Times causó molestias en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. En dos días se desarrolló una línea de tiempo que incluye la publicación de la información personal de una periodista, una supuesta investigación de Estados Unidos al presidente de México por nexos con el narcotráfico y la apertura de un caso por parte del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales mexicano contra el mandatario. Aquí le contamos qué pasó.

La investigación de Estados Unidos a López Obrador

Alan Feuer y Natalie Kitroeff, periodistas de The New York Times (NYT)iniciaron una investigación sobre posibles relaciones entre narcotraficantes y personas cercanas al presidente mexicano, cuando este ya se había posesionado en el cargo. Funcionarios estadounidenses habían indagado testimonios de estas reuniones y también de pagos de millones de dólares. Los grupos involucrados eran el Cártel de Sinaloa y el Cártel de los Zetas, que también habrían hecho pagos a la campaña electoral del 2018 del presidente de México.

De acuerdo con las fuentes que hablaron con investigadores estadounidenses, tras la victoria presidencial de López Obrador, uno de los fundadores del Cártel de los Zetas pagó 4 millones de dólares a dos aliados del mandatario con la esperanza de salir de prisión. Incluso, se creía que los cárteles tenían videos que exhibían a los hijos del presidente mientras recibían dinero del crimen organizado.

El cuestionario revelado

Como parte de las pesquisas, enviaron un cuestionario a la Presidencia mexicana. En él, Kitroeff explicaba que pudieron acceder a documentos y entrevistas en las que un informante contó a investigadores estadounidenses que “uno de los confidentes más cercanos del presidente” se reunió con Ismael Zambada, uno de los líderes del Cartel de Sinaloa, antes de las elecciones de 2018.

Antes de que la pieza periodística fuera publicada, López Obrador expuso la carta de la corresponsal, en la que estaba su número telefónico. De acuerdo con el mandatario, el reportaje era una represalia por las críticas que hizo contra el medio neoyorquino en una entrevista difundida esta semana con la periodista rusa Inna Afinogenova de Canal Red, la plataforma en YouTube del exlíder de Podemos, el español Pablo Iglesias.

“Es una vergüenza, no cabe duda de que este tipo de periodismo está en franca decadencia. Es un pasquín inmundo el New York Times”, señaló en su conferencia matutina.

NYT calificó de “táctica preocupante e inaceptable” la difusión de los datos personales de la corresponsal. A través de redes sociales, señaló: “Esta es una táctica preocupante e inaceptable por parte de un líder mundial en un momento en que las amenazas contra los periodistas van en aumento”.

“Hemos publicado el artículo en cuestión y respaldamos nuestro trabajo de reportería y a los periodistas que van en pos de la información a donde 

La respuesta de Estados Unidos

Esta no es la primera pieza periodística publicada sobre posibles reuniones entre el narcotráfico y el mandatario mexicano. En enero, Tim Golden, de ProPublica, publicó que la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) indagó una supuesta “evidencia sustancial” de que el Cártel de Sinaloa aportó 2 millones de dólares a la campaña presidencial de López Obrador en 2006.

El presidente ha acusado a agentes de la DEA y el Departamento de Estado de Estados Unidos de estar detrás de estas notas, que reconocen que las investigaciones concluyeron sin demostrar los nexos y se basaron, en su mayoría, en testimonios no comprobados de los mismos narcotraficantes.

“Siguen con la misma política de hace más de 200 años, la de [la doctrina] Monroe, la de ‘América para los americanos’, cuando es el tiempo de cambiar en todo. Esto que estamos hablando del problema de las drogas, a ver, ¿por qué no se van al fondo?”, remarcó ahora.

En esa conferencia matutina, AMLO dijo que Estados Unidos “va a tener que informar” sobre las pesquisas que se llevaron a cabo. En la misma investigación del NYT, se explica que la administración estadounidense “nunca abrió una investigación formal a López Obrador y los funcionarios que estaban haciendo la indagación al final la archivaron”.

John Kirby, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, negó que hubiera una investigación en curso contra el presidente. En una rueda de prensa telefónica, aclaró que los dos países siguen colaborando, especialmente con la situación migratoria en la frontera compartida.

AMLO agradeció la respuesta de Estados Unidos y reiteró que esto no “va a afectar las relaciones” entre ambos países, que deben “tener una política de buena vecindad” porque son “los principales socios económicos y comerciales en el mundo”.

“Tenemos que actuar de manera responsable. Ah, ¿pero quedarnos callados? Nunca. Y que se entienda: México es un país independiente, libre, soberano, no somos colonia, no somos protectorado de ningún gobierno extranjero”, manifestó.

El mandatario atribuyó la investigación al hecho de que este 2024 ocurren elecciones presidenciales tanto en Estados Unidos como en México.

“Vienen las elecciones y tenemos que estar (alerta). ¡Qué casualidad de que ahora que hay elecciones aquí y que hay elecciones allá viene el premio Nobel del periodismo (Tim Golden, ganador del Pulitzer), dos veces premiado, a hacer un reportaje, y viene el New York Times! Ahora sí que ¿de parte de quién?”, declaró.

Una investigación en curso

El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) abrió una investigación contra López Obrador por presuntamente violar la ley que impide exhibir información personal. A eso se suman las críticas de organizaciones como el Comité de Protección a Periodistas (CPJ), que coincidieron en el riesgo que esto representa en México, uno de los países con más asesinatos de comunicadores.

Este viernes, el presidente defendió haber divulgado el número de Kitroeff y advirtió que volvería a hacer algo así “cuando se trate de un asunto en donde está de por medio la dignidad del presidente de México. Por encima de la ley, está la autoridad moral y la autoridad política”.

“No exageren, si la compañera está preocupada porque se dio a conocer su teléfono, que cambie su teléfono, otro número, pero además es la representante de The New York Times”, expresó el mandatario en su conferencia matutina cuestionado por la reportera Jessica Zermeño, de Univision.

El gobernante mexicano acusó de hacer “periodismo faccioso” a medios internacionales como Univision, The New York Times, The Washington Post, Financial Times y The Wall Streel Journal.

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